miércoles, 31 de julio de 2013

En blanco y negro: Capítulo 14

Un miércoles más os traigo un nuevo capítulo de En blanco y negro, la continuación de Cuatro damas. Así que, nada, sin más preámbulos, el capítulo 14 titulado En el mundo genial de las cosas que dices.

Tras las Navidades, llegan las fiestas y cada uno las pasa a su manera: mientras Deker lleva a Tim a un lugar donde puedan hablar tranquilos, Jero no deja de pensar en Tania y Rubén sigue la pista que encontró en la agenda de su madre y que le lleva a Orense.



Como veis es un capítulo bastante largo (creo que el más largo de la saga) y donde pasan muchas cosas, así que espero que os haya gustado (sobre todo cierta escena pasada por agua ;P) y tengáis muchas opiniones al respecto. Ya sabéis que si queréis comentarme o preguntarme cualquier cosa, yo feliz de la vida. Y ya, si queréis compartir esta historia con vuestros amigos, ni os cuento ;P

En dos semanas, más.

Próximamente: Persiguiendo a Kenneth.

lunes, 29 de julio de 2013

El increíble caso de Barnaby Brocket

Hace unos años El niño del pijama de rayas de John Boyne fue un auténtico éxito, era el libro que todo el mundo leía, adoraba y recomendaba. A mí, que debo ser rara o retorcida, no me hizo demasiada gracia. Por eso, cuando mi hermana me regaló El increíble caso de Barnaby Brocket fui relegando su lectura hasta que me dio un arranque y decidí leerlo.

La novela nos cuenta la historia de Barnaby Brocket el tercer hijo de unos padres perfectamente normales que viven en un barrio normal, que trabajan en trabajos normales y que tienen otros dos hijos normales. Barnaby, sin embargo, no lo es, pues desde el mismo momento en que nació, flotaba, lo que supone un auténtico drama para sus padres, que se esfuerzan sobremanera en ser normales. De hecho, lo es tanto que acaban tomando una drástica decisión: dejar que Barnaby se vaya flotando.

Así, nos encontramos con un cuento de aventuras. Una novela cortita que se lee en un verbo, en parte por lo breve que es, en parte porque tiene un ritmo vertiginoso al sucederse las aventuras una detrás de otra sin pausa, ni explayarse demasiado.

En realidad, el esquema es más o menos lo mismo: intentando regresar a su casa en Sidney, Barnaby se encuentra con alguien "diferente" a los ojos de su familia, que le acaba ayudando... hasta que se mete en otro lío, que retrasa su vuelta. Las aventuras son distintas, al igual que los personajes que Barnaby va conociendo en su viaje, pero todos tienen algo en común: son distintos, no son lo que sus padres esperaban y que son felices siendo ellos mismos. De hecho, El increíble caso de Barnaby Brocket no deja de ser una fábula que enseña que hay que ser uno mismo y que ser distinto no es malo.

Una fábula, por cierto, escrita con muy buena mano. John Boyne se adapta perfectamente a la historia, narrándola con gusto y desde la inocente óptica del niño de ocho años que es Barnaby, lo que no quita que el lector sepa ver la realidad que se esconde tras tal visión.

Personalmente, me resultó de lo más curioso y también conseguido el que una novela con un mensaje tan positivo, contada desde el punto de vista de un niño, logre también ser compleja y perturbadora. Porque, de verdad, resulta espeluznante que unos padres liberen a su hijo, que no puede parar de flotar hacia arriba, sólo porque no quieren ser la comidilla de nadie. Eso sí, John Boyne otorga sendos capítulos a explicar por qué los señores Brocket son cómo son, lo que añade otra pregunta un tanto filosófica: ¿somos el resultado de los aciertos o errores de nuestros padres o somos como somos sin más?

La verdad es que El increíble caso de Barnaby Brocket me resultó una lectura curiosa e interesante. No es una de mis novelas favoritas, pero sí que la disfruté y me pareció una historia de lo más original. A mí, personalmente, me gustó muchísimo más que El niño de pijamas de rayas, la disfruté mucho más.

Resumiendo, El increíble caso de Barnaby Brocket es una novela corta de aventuras con un gran mensaje muy claro (sé tu mismo) y escrita con muy buena pluma, muy adecuada para el cuento que John Boyne nos presenta.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Aprendiz de diosa de Aimée Carter.

domingo, 28 de julio de 2013

Maromo de la semana 146

Como todos los domingos toca poner a un nuevo Maromo de la semana que nos ayude a entrar con buen pie en la nueva semana y soportar el lunes y esas cosas. Y hoy como es un día muy especial, voy a poner a uno de mis maromos favoritos, a un hombre con el que me casaría (además de empotrarlo en un callejón oscuro, of course; eso ni se pregunta ;P) y del que llevo enamoradita perdida muuuucho tiempo. Así que, en mi honor, el maromo de esta semana es el guapísimo...

John Krasinski


John nació el 20 de octubre de 1979 en Brighton, Boston, Massachusetts, hijo de una enfermera y un médico. Su carrera escolar se desarrolló con normalidad, mientras jugaba al beisbol y se hacía amigo de B. J. Novak, que, más adelante, sería su compañero en The office. A los diecisiete años, John estuvo trabajando como profesor de inglés en una escuela de Costa Rica y, después, fue a la universidad de Brown donde se graduó como dramaturgo con honores. Ahí es nada. Además, luego también estudió en el National Theater Institute en Waterford, Connecticut; previamente, había estudiado en The Royal Shakespeare Company en Inglaterra y en The actor center en Nueva York.

Su carrera artística comenzó en 2002 en Late night with Conan O'Brien como guionista, aunque también hizo varias apariciones como actor en series como Ed y Ley y orden: acción criminal. En el año 2004 le llegó su primera película: Kinsey. Kinsey es una película biográfica sobre Albert Kinsey, que está protagonizada por Liam Neeson y Laura Linney, entre más peña conocida como Chris O'Donnell o Tim Curry. Y la he visto, pero no me acuerdo de lo que pensé de ella, xD.


El año siguiente, el 2005, fue su año, pues además de un par de personajes episódicos (en CSI y Sin rastro), apareció en dos películas (Duane Hopwood y Jarhead - El infierno espera) y se hizo con un papel protagonista en una de las nuevas apuestas de la NBC: The office, la adaptación americana de una serie británica que lleva su mismo título. John tomó el relevo de Martin Freeman y su Tim, lo que me parece fantabuloso total, porque Martin es un amor y me parece una coincidencia todo molona. La cuestión es que John interpreta a Jim Halpert, el chico guapo de la oficina, que es gracioso y se mete todo el día con Dwight, mientras suspira por Pam. Y era mi favorito. Es que esas cosas que le hacía a Dwight se ganaron mi corazón (lo de la gelatina es awesome). John ha seguido en The office hasta el final, es decir, hasta este año. Y yo dejé de verla en la sexta temporada, a ver si me animo y veo lo que queda, por cierto.


Pero, bueno, continuemos. Con The office, la popularidad de John aumentó y ha estado compaginando la serie con otros proyectos. Apareció en la película A new wave (uy, de ladrones... mooola, apuntada para verla), también en Nominados, The holiday (en esta aparece nada, pero, bueno, es una comedia romántica bastante maja y el reparto mola, sobre todo Kate Winslet), Dreamgirls (algún día debería verla), Smiley face, Shrek Tercero (dobla a Lancelot en algo así como dos o tres minutos; encima, la peli es un asco), Hasta que el cura nos separe (esta me moló, me reí un montón), Ella es el partido (con George Clooney y Renée Zellweger, muy chula), Monstruos contra alienígenas, Un lugar donde quedarse, No es tan fácil, Algo prestado (¿por qué hay tantas comedias románticas de él que no he visto? Vaya mierda de fan que soy... OMG, encima esta es con Ginnifer Goodwin/Snow), Nobody walks, Una aventura extraordinaria y Tierra prometida.

Tras el final de The office, John ha ejercido de doblador en Monstruos University (que todavía no he visto, tsk) y ha aparecido en un episodio de la nueva temporada de Arrested development. Además, tiene pendiente la película The prophet, donde doblará a un personaje. Yo, por mi parte, espero poder verlo en alguna serie nuevamente, mientras me bajo la película con Snow para verla ;P

miércoles, 24 de julio de 2013

Twisted, descubrimiento veraniego

El verano es la época de las series más ligeras de cable. Sin embargo, este año estaba un poco huérfana en ese sentido tras la cancelación de Leverage (aún me sigue doliendo, pese a que tuvo un final muy chulo), abandonar Awkward y el hecho de que me hayan cambiado White collar a invierno. Por suerte, descubrí uno de los estrenos del canal ABC Family y acabé cayendo rendida a sus pies.

Efectivamente, este post es una oda a la maravillosa Twisted, que me tiene encandiladita perdida.

Había una vez tres niños que eran muy amigos. Se llamaban Lacey, Jo y Danny y estaban muy unidos y eran felices. Pero, entonces, cuando tenían once años, Danny estranguló a su tía con una comba o, al menos, eso se supone porque sólo se ve a Danny reuniéndose con sus amigas diciendo que tuvo que hacerlo. Cinco años después, Danny sale del correccional y se ve obligado a volver a su ciudad natal, a su casa, por lo que intenta recuperar la relación con sus dos amigas, que en la actualidad se llevan a matar.


Por si no fuera poco, el mismo día en que Danny regresa a la ciudad, una joven es asesinada, una joven que, para más INRI, poseía el collar de la difunta tía de Danny. Encima, el padre de Jo, que es el sheriff, se empeña en inculpar a Danny del asesinato.

Así, da inicio una historia que, aunque tiene sus tópicos de serie teen que se precie (los populares o son unas zorras o unos gañanes deportistas, por ejemplo), es bastante más original que el resto. Y es que los guionistas se empeñan en ser ambiguos con Danny, lo que provoca que todo sea un tanto complejo y que las relaciones entre ellos y también con el espectador posean trazas de desconfianza.

En realidad, poco sabemos sobre Danny: ¿mató a su tía? ¿Por qué en caso de ser así? ¿Mató a Regina? ¿Es un sociópata o no? Sí, Danny es un chico encantador, amable y de verdad parece un buen chico, pero según se han ocupado de dejar claro desde el principio los sociópatas saben fingir que son personas normales y corrientes. También se han encargado de dar pistas con doble filo: nunca ha negado matar a su tía, pero sí a Regina; Lacey durmió con él la noche del crimen, pero pudo hacerlo igualmente... Eso sí, Avan Jogia sabe mostrar inocencia y derrocha encanto, así que es fácil ponerse de su parte, aunque la razón no apoye mucho esa teoría.

Esto es bien.

Y, oye, a mí me encanta que hasta su madre sospeche de él, me parece más original que dejar claro desde el principio si es sociópata o no. Personalmente, me inclino a pensar que Danny ni es sociópata, ni ha matado a nadie, sino que cargó con el crimen de su padre. Pero eso son teorías mías.

La cuestión es que esa dualidad de Danny resulta de lo más interesante porque hace que las relaciones entre el resto sean difíciles y originales: Jo le cree con la misma vehemencia con la que su padre le considera culpable, lo que provoca tensiones entre ellos. La madre de Jo se debate entre el hecho de que Danny le hace bien a su hija, recuperar la amistad de la madre de Danny y su marido. La madre de Danny protege a su hijo, pese a desconfiar de él, cueste lo que cueste.

Vamos, que tenemos el culebrón servido y es de lo más interesante.

La única parte que flojea es Lacey. Dios, qué personaje más penoso. Mientras que todo el entramado de Danny, Jo y sus respectivos familiares y amigo (no hay que olvidarse de Rico, el nuevo amigo de Jo) funciona a las mil maravillas, Lacey parece un apegado que tiene poco o nada que ver.

Y es que, mientras es sencillísimo empatizar con Jo, el discurso de Lacey es penoso. Lacey va de digna por la vida, tacha a los demás de egoístas o victimistas, cuando es ella la única que se comporta así. Véase: uy, podría ayudar a Danny declarando que dormí con él, pero, oye, que soy la reina del insti y no voy a arriesgar mi súper fama y los demás son malos por echármelo en cara. Bah. De hecho, sus quejas con respecto a Jo no dejan de ser superficiales y estúpidas: la dejó tirada porque Jo estaba traumatizada por lo acontecido y no dejaba de darle vueltas a lo que pasó.

Esto es mal.

Eso sí, al menos le ha dado un empujoncito a la investigación y en el último episodio emitido hemos asistido a un giro, que aunque sea bastante de cajón, no deja de ser efectivo y de abrir varios frentes nuevos.

También en los últimos episodios han dejado al descubierto sus cartas y es que, aunque al principio parecía que la serie iba a versar más sobre la amistad, al final han tirado por otro tópico y apuntar maneras al triángulo amoroso. Aunque me molaba más lo primero, más que nada porque no estaba demasiado visto, tampoco tengo problemas con el putiferio fino y encima tengo un bando elegido.

Por cierto, hablando de putiferio fino y demás, para aquellos que la estéis viendo: ¿las escenas de cerámica me recordaron tanto a Ghost que me nublaron el juicio o había química rollo-bollo entre las madres? Yo ya me creo cualquier cosa. Hasta me creo a Denise Richards como madre coraje. Bueno, vale, no me creo cualquier cosa, que a Kylie Bunbury (o mi amiga Lacey, lo que prefiráis) no hay quien se la crea siendo tan inexpresiva como es. Eso sí, el resto del reparto cumple bastante bien y tienen bastante química entre sí.

Y todo esto, además, está sazonado con referencias a la cultura pop por doquier, desde Danny preguntando por las Kardashian como en su día hizo Oliver Queen en Arrow hasta decir que ver Glee era un castigo en el correccional. Por cierto, me declaro muy fan de ese comentario, xD.

Evidentemente, también me declaro fan de Twisted y os la recomiendo muy, mucho ;)

lunes, 22 de julio de 2013

Un beso en París

Hoy os traigo la reseña de un libro que me encantó y que devoré en un par de días y porque tenía cosas que hacer o lo habría acabado de una sentada. Estoy hablando de Un beso en París de Stephanie Perkins, publicado en España por Neo Plataforma.

Un beso en París nos cuenta la historia de Anna, que debe cursar el último curso de instituto en un internado para estadounidenses en París contra su voluntad. Anna no conoce el idioma, ni nada del país, echa de menos a su madre, su hermanito y su mejor amiga y detesta que su padre (un escritor de novelas románticas en las que siempre muere alguien) la obligue a pasar por eso, cuando les abandonó. Sin embargo, Anna conoce a un grupo de amigos, entre los que se encuentra Étienne St. Clair, un chico guapísimo y majísimo del que cae prendada. ¿El problema? Que Étienne tiene novia.

Vale, con el resumen que acabo de escribir, Un beso en París parece una telenovela o un dramón romanticón, pero no, en absoluto. Stephanie Perkins nos sumerge desde el principio en una novela fresca, real, bonita y romántica, ambientada estupendamente en la ciudad de París. De hecho, creo que tras leer Un beso en París, además de desear a un Étienne St. Clair, todos hemos tenido ganas de agarrar un avión e irnos a la ciudad de la luz.

Un beso en París nos ofrece una bonita historia de amor y de amistad, pero no se trata de un folletín, sino algo distinto. No se trata de una novela cursi, aunque, sí, tenga escena de lo más románticas. Sin embargo, el tono es mucho más fresco y distendido, pese a que también tenga escenas dramáticas.

Y es que los personajes que aparecen en Un beso en París son de lo más humanos y reales: tienen defectos, muchas veces se equivocan aunque sólo pretendan hacer lo mejor, sus actos traen consecuencias, tienen dudas... Personalmente, disfruté al comprobar que eran más imperfectos que perfectos, incluso el propio Étienne que, a priori, es la perfección personificada: guapo, majo, listo. Pero también tiene sus defectos y no sólo porque sea bajito, algo a lo que no le da importancia. De hecho, es encomiable el trabajo de Stephanie Perkins con Étienne: los personajes perfectos suelen ser odiosos, pero no Étienne, que resulta de lo más encantador y estás deseando que acabe con Anna; incluso a pesar de que, a veces, no se entienda su comportamiento o se equivoque, se le adora siempre.

Todo ello sin conocer sus pensamientos o su punto de vista, ya que la novela está narrada en primera persona por Anna.

En lo que respecta a Anna, he de decir que, pese a que la pobre es un desastre, me encantó. No soy muy de personajes femeninos, sobre todo en este tipo de historias que no tienen otra trama de acción, fantasía o misterio, pero Anna me ha gustado mucho. Anna es una entusiasta del cine, que de pronto se encuentra lejos de casa sin conocer a alguien y echando de menos a sus seres queridos. Anna tiene sus defectos, generalmente que a priori no se pone en la piel de los demás y se centra en sí misma, pero madura mucho a lo largo de la novela, lo que se agradece. Y, encima, me gustó mucho como narradora.

Además, Anna y Étienne como pareja molan mucho. Me gustó mucho cómo se desarrolla la historia, como se van conociendo, como se van acercando, como la tensión entre ellos es palpable y como ésta va a más a medida que transcurre la historia. Son dos buenos personajes que encajan perfectamente y que tienen unos diálogos estupendos.

Como ya os he dicho antes, Un beso en París no es empalagoso, no es un amor súper intenso en plan, no sé, eres mi luna, mi sol y mis estrellas. Pero eso no es malo, todo lo contrario, porque la historia de amor de Étienne y Anna es mágica, humana, real, preciosa. Además, resultaba muy natural, también muy creíble. Cuando leía el libro, me creía lo que me estaban contando, veía como Étienne quería a Anna, aunque ella no supiera qué narices sentía él por ella.

Otro aspecto a destacar de los protagonistas es que Stephanie Perkins los desarrolla como algo más que como pareja, ya que también los hace madurar, evolucionar y las familias de ambos cobran importancia.

Para acabar, voy a señalar otro aspecto que me gustó mucho de Un beso en París y es la crítica a ciertos aspectos de la sociedad estadounidense. No es que la ponga a parir, pero sí que aporta un punto de vista más objetivo y ajustado a la realidad que otras obras. Bueno, a decir verdad, al que pone fino es a Nicholas Sparks y con mucho arte, ya que el padre de Anna es él y ésta no duda en criticar lo malas que son sus novelas. Además, también se esforzaba en señalar la falta de costumbre que se tiene en Estados Unidos de traducir novelas extranjeras, lo que me resultó muy curioso.

Resumiendo, Un beso en París no es una novela romántica al uso, sino que es mucho más: es la historia de dos personajes imperfectas e inexpertas que van creciendo, lidiando con sus propios problemas, mientras se van conociendo en una ciudad maravillosa. Una historia bonita, que no empalagosa, también hilarante y vibrante y romántica. Vamos, que a qué estáis esperando para leerla.

El próximo lunes literario estará dedicado a... El increíble caso de Barnaby Brocket de John Boyne.

PD: Quiero leer Lola y el vecino de al lado, la segunda novela de Stephanie Perkins, YA.

domingo, 21 de julio de 2013

Maromo de la semana 145

Como todos los domingos, toda despedirse del actual Maromo de la semana para saludar a uno nuevo. En esta ocasión, os traigo a un chico súper mega mono y guapetón a más no poder, que protagoniza la última serie que he descubierto y a la que me he enganchado sin remedio: Twisted. Y ese chico tan sumamente mono (y que sería el Aladdin perfecto en Once upon a time, por cierto) es...

Avan Jogia


Avan Tudor Jogia nació el 9 de febrero de 1992 en Vancouver, Columbia británica, Canadá. Avan desde muy pequeño supo que quería ser actor, así que cuando tenía 16 años dejó el instituto para perseguir su sueño, aunque ya había protagonizado algún anuncio que otro con anterioridad y aparecido en varios sitios.

De hecho, su debut televisivo fue en 2006; exactamente, apareció en la tv-movie A girl like me: The Gwen Arujo story. Un año después, trabajó en otra, que se titulaba Devil's diary. También intervino en tres episodios de Aliens in America, que duró un telediario en antena, por cierto. Tras protagonizar dos tv-movies de Nickelodeon: Gym teacher: The movie y Spectacular! (esta, al parecer, es una copia de High School Musical), Avan fichó por Caprica, donde apareció en tres episodios como Ben Stark.


El 2010 fue un año importante para Avan, ya que logró obtener un papel protagonista en la nueva serie de Nickelodeon, que acabó resultando todo un éxito: Victorious, que contaba la historia de Tori, una chica que iba a estudiar a un instituto para artistas. En Victorious, Avan era Beck, el chico guapo y majete del grupo. La verdad es que Beck mola y Avan sale muy mono en Victorious. Cuando la veía con mis primillas, Avan las hacía hasta suspirar... Seh, tan pequeñas y babeando por maromos, lo llevan en la sangre, xDD. La suelen emitir en Clan de vez en cuando, así que podéis verle con relativa facilidad ;)


Mientras estaba en Victorious, Avan decidió extender su carrera y apareció en varias películas independientes como Triple dog y Finding hope now, además de repetir en otra tv-movie del canal Nickelodeon: Rags.

Sin embargo, en 2013 se anunció que habían terminado de grabar Victorious y Avan no perdió el tiempo, ya que encontró otro papel protagonista. En este caso en una de las nuevas apuestas del canal ABC Family: Twisted. En Twisted interpreta a Danny Desai, un personaje bastante complejo y agradecido, ya que una de las bazas de la serie es saber si es o no un sociópata. Como esta semana tengo planeado contaros las maravillas de Twisted, sólo os diré que mola, que Avan sale guapísimo en Twisted y que tanto él como la serie me están molando mucho. Ah, si, y también: ¡larga vida a Twisted!

sábado, 20 de julio de 2013

Doce actores para Doce

Estamos en plena Comic Con de San Diego y no he podido ir (menuda mierda, por otra parte, pongo a Dios por testigo, que algún día iré a fangirlear a gusto), así que estoy devorando noticias, fotos y demás. La cuestión es que este domingo será el panel de Doctor Who donde, espero, que se anuncie la identidad de Twelve. Por si acaso, aquí están mis doce actores para ser Doce. Y, por cierto, saqué la idea de este post en inglés de aquí ;)

John Krasinski

Sí, he puesto la misma foto que el post original, pero es que es taaaaan kawaii n_n

Vale, John es americano, así que es muy, muy difícil, pero, oye, el muchacho es mono, tiene gracia, sirve tanto para un roto como un descosido y sería un Doctor de lo más digno. Además, ahora que se ha quedado sin serie, está libre, por lo que sería perfecto.

Bradley James


Otro que se ha quedado sin serie (porque Merlín se acabó, snif, snif) y encima es británico, así que tiene otro punto a su favor. Además, muchos de sus compañeros de serie se han pasado por Doctor Who (especialmente traumático fue ver a Gaius... sobre todo con el "are you my mummy?"), así que me conformaría con un personaje episódico. La cuestión es que Bradley da el pego tanto en drama como en comedia, así que creo que lo haría bastante bien.

Aidan Gillen


Aidan es Meñique en Game of thrones, pero, por desgracia, se pasea poco por esa, así que el tiempo lo tendría. Además, es un actor magnífico, tiene personalidad y también se adapta a lo que le echen.

Cary Elwes

El esfuerzo que he tenido que hacer para no poner una foto del Pirata Roberts ha sido digno, xD.
BTW, es una captura de sus apariciones en Psych, por si os interesa.

Mítico actor, que para mí siempre será El pirata Roberts y que, últimamente, ha hecho unas cuantas apariciones molonas en series (Leverage y, sobre todo, Psych, donde es un ladrón amigo de Shawn). ¿Qué queréis que os diga? ¿El pirata Roberts en la Tardis? Fantabuloso total. Además, sería una opción bastante distinta a los Doctores que hemos tenido hasta ahora (al menos en la versión nueva).

Jamie Bell


Pasamos de El pirata Roberts a Billy Elliot, pero la verdad es que Jamie daría el pego bastante bien: joven, un físico peculiar y resultón, británico, ágil, ha trabajado con Moffat antes... Yo ya me lo estoy imaginando dando botes por la Tardis con Clara y, oye, como que me pegan mucho, sí, sí. Además, en ese supuesto, a ver quién sería el guapo que insinuaría que el Doctor no baila, xD.

Robert Carlyle

Dios, qué camaleónico es este hombre. Lo que me ha costado encontrar una foto decente (o, lo que es lo mismo, ni Rumpel, ni Durza, ni con la cara hecha un cromo). Esta es, por cierto, de Stargate que como que pega.

Vale, este es imposible, básicamente porque lo tenemos siendo Rumpel en Once upon a time y, oye, que siga, que me encanta. Peeeero Robert sería un gran candidato para Doctor porque es un señor actorazo, puede ser tan oscuro como mono y como que le pega eso de ser un Time lord, sobre todo tras ser el señor oscuro y demás seres curiosos ;P

Alan Rickman


Los actores de Harry Potter suelen aparecer en Doctor Who (por ejemplo, la niña que hacía de Lily de niña es la monada que sale cantando en The rings of Akhaten), así que a mí me encantaría ver al señor Rickman de Doctor. Rubio, moreno, pelirrojo, me da igual, sólo con verle a él en la Tardis yo ya en el séptimo cielo, vamos. Encima, seguro que sería capaz de hacerme llorar y matarme de amor. ¿Always? Always. Pues eso.

Robert Sheehan


Robert (al que, por cierto, pronto veremos en Ciudad de hueso como Simon, lo que es bien) pega muy bien como sustituto de Matt Smith: es joven, jovial, con mucha energía, ya lo hemos visto interpretando a un personaje un tanto curioso (ay, Nathan, como se te echó de menos en Misfits). Además, es un actor que me gusta mucho y que, no sé, me pega un montón con Doctor Who.

Mark Sheppard


Cierto es que mi amado Sexy Mark Sheppard ya ha paseado su encanto por la serie, apareciendo en los dos primeros episodios de la sexta temporada, pero, oye, tanto Karen Gillan como Freema Agyeman habían salido antes de ser companions. También es verdad que tenemos a Mark en Supernatural siendo Crowley (lo que quiero y espero que siga así), pero todo es cuestión de organizarse y es que el tío mola mucho. Entre la ironía y la elegancia, sería un Doctor muy guay.

Richard Madden


Parece que me he empeñado en sacar del paro a actores que ya no tienen serie, porque aquí viene otro. Y es que, ¿qué puede superar a ser The king of the North? Pues ser un señor del tiempo y pilotar la Tardis, claro está. También influye que voy a echar de menos a esos ojitos verdes, sep. Pero, oye, el Doctor lograría ser pelirrojo de una vez, algo que siempre ha querido y que toca. Y, por otro lado, Richard es pareja de Jenna-Louise Coleman, por lo que molaría verlos juntitos en pantalla y, encima, puede enchufarle. Perfecto.

Rupert Grint


Ron Weasly como Doctor sería épico. Pero épico de narices. Encima, es pelirrojo, lo que es otro plus. Y es que Rupert Grint mola, es gracioso, desastroso y le pega eso de ir de un planeta a otro viviendo aventuras.

Steve Valentine

No me digáis que no pega de Doctor, si es que yo lo veo, lo veo.

Antes incluso de que se anunciara que Matt Smith dejaba la serie, yo tenía a este hombre en la cabeza como siguiente Doctor. Si es que Steve mola mucho. Además, está en mi corazoncito desde Crossing Jordan, donde era Nigel Towsend, el criminalista del equipo, que era un amor y súper divertido. Alto, sexy voice, le van los personajes estrambóticos (desde el albino de Chuck hasta su personaje en I'm in the band) y también tiene muchos registros. Ah, y es mago. ¡Es que todo son ventajas!

Y vosotros, ¿tenéis algún posible Doctor en mente?

Y si no conocéis Doctor Who, la verdad, no sé a qué estáis esperando para verla. ¡Hacedlo ya, insensatos! (Leedlo con el tono de Gandalf, claro está).

miércoles, 17 de julio de 2013

En blanco y negro: Capítulo 13

Fiel a mi cita de los miércoles, os traigo un nuevo capítulo de En blanco y negro, en este caso el número 13, titulado Mis peores Navidades (sí, pega un montón con estos calores que tenemos por estos lares, lo sé, xDD).

Nochebuena en Madrid, Tania habla con Jero, mientras Rubén y Deker cenan con sus respectivas familias y, lejos de todos ellos, en Salvador, Ariadne y Kenneth pasan las fiestas llevando a cabo un robo.




Una vez más, espero que el capítulo os haya gustado y, ya sabéis, si queréis comentarme cualquier cosa, podéis dejarme un comentario y yo tan feliz :3 Es un capítulo más de transición, pero que sienta las bases del próximo, que vendrá cargadito.

En dos semanas, más,

Próximamente: En el mundo genial de las cosas que dices.

lunes, 15 de julio de 2013

La casa de Riverton

Hace ya algún tiempo reseñé El jardín olvidado de Kate Morton, que me gustó bastante. Así que, cuando a mi hermana le regalaron su novela anterior, La casa de Riverton, decidí leerlo, aunque con ciertos reparos. ¿Me gustaría tanto como El jardín olvidado o, por el contrario, me decepcionaría? Bueno, pues, tras leerlo, puedo afirmar que me ha gustado mucho y que he llegado a devorarlo.

La casa de Riverton nos cuenta la historia de Grace, una anciana que se está marchitando, pero que empieza a revivir el pasado cuando una directora de cine se pone en contacto con ella para preguntarle por su trabajo en Riverton. Y es que, durante el verano de 1924, en plena fiesta, el prometedor poeta Robert S. Hunter se suicidó delante de las hermanas Hartford, que dejaron de hablarse desde ese momento. ¿Por qué se suicidó Robbie? ¿Por qué dejaron de relacionarse dos hermanas, hasta entonces, muy unidas? ¿Qué ocurrió en realidad esa noche de 1924?

Basándose en ese misterio, en ese fatídico desenlace, Kate Morton nos cuenta dos historias narradas por la misma persona y ambientadas en épocas distintas. Por un lado, Grace en la vejez, viviendo día a día cómo se apaga, mientras anhela saber de su nieto y lidia con los recuerdos que Ursula Ryan, una directora de cine, le provoca al consultarla sobre Riverton. Al mismo tiempo, esto provoca que Grace viaje al pasado, a sus catorce años y su andadura en Riverton.

Al principio, esa dualidad resulta un tanto confusa, ya que la autora salta de una línea temporal a otra sin aviso alguno, mezclando presente y pasado. Además, peca de lenta y un tanto redundante. Y es que la verdadera historia, la importante, es la acaecida en el pasado y, al principio, únicamente se narran escenas cotidianas en una casa inglesa: el día a día de los criados, frente al de los señores. Muy propio de serie inglesa a lo Arriba y abajo o Dowton Abbey.

Sin embargo, esta primera parte siembra las bases de lo que va a tratar la novela en realidad: de Grace y de Hannah, de Hannah y de Grace. Ambas son las protagonistas, criada y señora que comparten una amistad limitada por los convencionalismos de la época, por los límites que ellas mismas se marcan.

De hecho, La casa de Riverton es más un drama, una historia sobre estas dos mujeres, tan distintas, pero tan parecidas, más que una novela de misterio o un romance de época. Sí, está encuadrado en el periodo que abarca las dos Guerras Mundiales, pero sólo sirve de marco para contar las historias de Grace y Hannah.

Por eso, a partir de la segunda parte, cuando Grace se centra en el pasado y pasa a relatar la historia de forma cronológica, la novela gana muchísimo: se vuelve mucho más ágil, interesante y disfrutable. Mejora hasta culminar en un último tercio en el que es imposible dejar de leer. Fue adentrarme en él y no soltar el libro hasta que llegué a la última página, deseando todo el rato saber qué iba a pasar en la siguiente.

Como he señalado antes, la novela se basa en los dos personajes femeninos, tanto en ellas, en sus evoluciones, como en la relación que mantienen entre ellas, que es un factor clave en toda la novela.

Por un lado, tenemos a Grace Bradley, una joven que llega a Riverton con catorce años, heredando el puesto de su madre, y que queda obnubilada tanto con su nueva vida como con los dueños de la casa. Especialmente con los hermanos Hartford, pero, sobre todo, con Hannah, de quien se hace confidente desde que se conocen. Grace no se replantea su futuro, no desea ascender o aspirar a algo más, es feliz en Riverton con la vida que se suponía que iba a llevar.

Por otro lado, se encuentra Hannah, una chica muy imaginativa, inteligente y con espíritu aventurero, que sólo sueña con viajar lejos, aprender y vivir, mientras que el futuro que se le ha trazado (matrimonio e hijos) le parece una pesadilla. Hannah es fuerte, decidida, con carácter, pero también con corazón y un gran sentido de la responsabilidad. Precisamente ese sentido de la responsabilidad es lo que hace de Hannah un personaje tan desdichado e irónico, pues ella siempre intenta hacer lo mejor para todo el mundo y eso siempre le pasa factura.

Entre las dos se establece una curiosa relación, se aprecian, hay complicidad entre ellas, pero todo en su justa medida, pues no dejan de ser criada y señora. Eso sí, también son importantes las relaciones que tienen con los personajes secundarios. Éstos están igual de bien perfilados, complejos y cumplen a la perfección su papel: Emmeline, Alfred, Robbie, Teddy, el padre de las chicas...

Al final, como es de suponer, se resuelven todos los enigmas, se conoce la historia al completo y, aunque me encantaría comentar el final, no lo haré para no soltar spoilers. Lo único que apuntaré es que me pareció perfecto para la historia que nos estaban contando y también lo encontré un tanto arriesgado.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Un beso en París de Stephanie Perkins.

domingo, 14 de julio de 2013

Maromo de la semana 144

Menuda tormenta que tengo encima, aunque no me va a impedir cambiar al Maromo de la semana (y ha hecho que sea más original comenzando la entrada, xDD).Ahora mismo, aprovechando el tremendo chaparrón que lleva cayendo toda la tarde, he terminado de ver la octava temporada de Bones y que ha sido maravillosa (la séptima ya superó a la horrible sexta, pero la octava es Bones en todo su explendor :3) y, por eso, he decidido poner de maromo a uno de los becarios tan chachis que tienen en el Jeffersonian y se trata de...

Pej Vahdat


Desgraciadamente, lo único que he encontrado de Pej en el terreno de la biografía es que jugó al tenis en la universidad de San Diego, ni fecha de nacimiento, ni nada. Vamos, que el muchacho es un misterio, así que, hala, directamente comienzo con su filmografía.

Pej debutó en un corto rodado en el año 2004, Finding the endzone, y a partir del año siguiente se hizo un habitual en las series americanas como personaje episódico: Sleeper cell, Arrested development, Windfall, Todo el mundo odia a Chris, House (uy, pues sé el episodio que es, pero no le recuerdo a él) y Mind of Mencia. En aquella época también participó en la película The butcher (curiosamente, el cartel parece uno de Bones, xD) y las tv-movies Caught in the action y Juan Frances: Live, rodadas en el 2008. Ese mismo año, siguió participando en episodios de muchísimas series como Valentine, The unit, General hospital y Miénteme.


Entonces llegamos al 2009 donde también apareció en otra serie, aunque en este caso con un papel más importante. Estoy hablando de Bones, claro está. En Bones, Pej interpreta a Arastoo Vazili, uno de los múltiples becarios que sustituyeron a Zack desde la cuarta temporada y que van rotando desde entonces. Y como todos los becarios, Arastoo tiene sus peculiaridades, aunque yo estoy contentísima con el giro que le han dado en la octava temporada, ya que era algo que llevaba deseando mucho tiempo. Sí, hablo en clave para no spoilear ;P Bueno, la cuestión es que Arastoo mola mucho (como todos los becarios en realidad... menos Daisy, Daisy es insoportable), es muy mono, muy majo y Pej sale especialmente guapo en las últimas temporadas ^^


Y mientras viene y va en Bones, Pej ha seguido trabajando en otros proyectos. En el 2010 apareció en la película Groupie y en varias series: Enfermera Hawthorne, NCIS: Los Angeles, Anatomía de Grey, Shameless (donde también tuvo un papel recurrente, llegando a aparecer en 8 episodios), Harry's law, Single ladies y Hot in Cleveland.

En lo que respecta al futuro, me imagino que seguirá apareciendo en Bones, y tiene pendiente la película A girl walks hone alone at night.

jueves, 11 de julio de 2013

Con el culo al aire 2x13 - Un camping nudista y una boda

La segunda temporada de Con el culo al aire ha llegado a su fin con un episodio divertidísimo, que ha servido de broche a una temporada magnífica. Así que, nada, directamente voy a la crónica y en esta ocasión no voy a separarla por tramas, ya que ha estado todo como que muy relacionado, así que... vamos allá.

Y es que Chema ha reunido todos en el bar para que él y El alcalde maligno les den una noticia: como La profa ha hecho público el chanchullo del alcalde, por lo que le han pedido que dimita, éste ha decidido vengarse y los echa del camping. Por más que algunos le hagan la pelota (véase Pocoyó) o se pongan farrucos (véase Dino), el tío no cambia de opinión, así que se tienen que dar el piro.

El opositor cachas intenta interceder por su madre, pero se respira hostilidad, aunque, por suerte para ellos, los demás intentan decidir qué hacer. Personalmente, me molaba la idea de Lola de fundar un camping empezando por el bar, pero ellos se quedan con la de Dino: luchar para quedarse. ¿Todos? Pues no. Por un lado, Los marqueses se largan y, por otro, Sandra decide irse con las niñas a casa de Alfonso... y sin Paulino, claro, que es persona non grata por tonterías como disparar a Alfonso. Tsk, qué cosas.

Paulino sin entender por qué Alfonso no quiere tenerle en casa, si es que el melenas es un especialito. Vamos, en el pueblo de Paulino es normal lo de dispararle a alguien y demás, xDD.

Angelito, al enterarse del plan de su novia, se mosquea un poco y, en un momento de flipamiento supino, le propone casarse para que les den un piso de protección oficial. Ella acepta sin dudarlo, por el piso. Todo muy bonito y muy romántico, claro que sí.

Encima, en esas, empieza a sonarle el teléfono a lo bestia, ¿y quién es? Claro, el de siempre, Pocoyó. Angelito corre raudo a su lado y no se puede ni imaginar qué quiere su amigo. Es una cosa muy, muy personal. Que le mire el ojete. Acaba de proponerse con Sandra y ya está mirando el ojete a Pocoyó, todo muy romántico y parejil, xD. Por si fuera poco, Pocoyó le pide que le sople, así que Ángel lo hace... y Paula les pilla. Aún se lo toma bien. Yo estaría meándome de la risa (era lo que ocurría en casa) o me largaría de ahí mimetizándome con el ambiente. Bueno, por cierto, Paula le echa un vistazo al ojete de Pocoyó y descubre que tiene una señora almorrana.

MUERO, esto es demasiado para mí, que soy muy básica para depende qué cosas, xDD.

Mientras tanto, El opositor cachas le cuenta a Candela lo que sucede y señala que, si ella se va, Lola no tendrá qué comer, así que la pobre Candela rompe el billete para quedarse. No sin antes tomarla con Roberto, por joderle el plan. Si es que...

A todo esto, Los marqueses se han ido a un camping nuevo súper mega fashion, donde les atiende un señor súper amable... y súper desnudo. Lo curioso del caso es que eso no les hace sospechar dónde se han metido. Y es que, al ir a su bungalow, descubren al mismo señor amable, que les va a hacer las camas... efectivamente, en bolas. Todo porque es un camping nudista. Sonso se quiere largar, pero a Pepelu le puede el nivel del camping y los extras tipo equitación, sauna y demás, así que deciden quedarse.

Los marqueses descubriendo que están en un camping nudista. Dios, muero con sus caras, xDD.

En el camping (el de siempre), Chema ya está alquilando los bungalows, lo que mosquea a Dino, cuando, encima, El centollo le cuenta que se va con Sandra. Tanto él como PeluVilma le acusan de traidor, de puñalada y tal. Sin embargo, ésta última le sigue a la calle y le saca otro piso de protección oficial para ellos. Pero, eh, no os vayáis a pensar que Ángel no saca nada a cambio, ¡no señor! Le ofrecen la increíble oportunidad de cangurear a los hijos de los Picachurreros. ¡Qué chollo, madre mía!

Después, Ángel le dice a Sandra que ya tienen hora en el ayuntamiento para casarse al día siguiente y, además, le da una separación de bienes para que firme, ya que no quiere que le pase como en su primer matrimonio. Cuando ella y Eli lo leen, se rebotan porque es todo: MI coche, MI cafetera, etc. Vamos, lo que viene siendo una separación de bienes, me imagino, xD.

Por su parte, PeluVilma intenta convencer a sus hijos para que apoyen la mudanza: a Dulce se la gana en cero coma, a Javi con decirle que hay piscina con una chica socorrista, a Nico lo convence Dulce al decirle que puede trucar el ascensor y dejar encerrada a la peña (Dulce es una genia, en serio, lo que me he podido reír) y Yuki por la idea de tener amigos fijos. Una vez convencidos los niños, ya sólo le queda Dino, así que tiene un plan cojonudo: hacerle su comida favorita y con postre incluido.

Me ha encantado esta escena. Dulce últimamente sale poco, pero cuando lo hace, se luce.

Al mismo tiempo, Pocoyó está muy malito, cree que tiene fiebre, pero Paula no le hace ni caso al creer que es un pupas. Encima, en cuanto ella se va, Ángel le cuenta la buena nueva, lo que no se toma muy bien, aunque, al menos, será el testigo y, en caso de que Paula no le diga que se mude con ella, Ángel lo acogerá siempre.

En el camping nudista, Sonso echa de menos lorzas para taparse (literal) y no se atreve a salir, pero Pepelu tiene una idea: se taparán con cosas que sí estar permitidas como pañuelos o bolsos. Sin embargo, pese a sus súper apaños, el señor desnudo no les deja ir así por el camping. Intentan comprarlo, pero el hombre es muy fiel a sus principios nudistas: o se desnudan o se largan.

De vuelta al camping de siempre, Sandra cree que Ángel no se fía de ella por la separación de bienes y lo comenta con Paulino. Éste, de paso, se extraña de no tener cuarto, lo que Sandra le confirma dándole dos opciones: o vuelve al pueblo o con sus otros hijos. Paulino no quiere, así que le pide a Sandra que interceda por él, pero ella le dice que todo está en manos de Ángel, así que tiene que hacerle la pelota.

Pocoyó, mientras tanto, lo está pasando muy mal y llama a Eli para que cuide de él. Qué morro tiene el colega. Pero, ojo, cualquiera le dice que no con esa carita que pone y la vocecita de enfermito. Pocoyó le pide a Eli que se quede con él y que ponga una película; al final, tras un gran debate cinematográfico (Pretty woman vs. El robo de la jo-joya), acaban poniendo Cuatro bodas y un funeral. Hugh es siempre un cierto. Ay, Hugh.

Bueno, que me enrollo, Dino es citado al bar donde Chema le invita a una cervecita para celebrar que se va a comprar un piso. Dino flipa, sobre todo cuando ve a sus churumbeles pegándose por las habitaciones y éstos le cuentan todo. En ese preciso momento, El centollo (que más bien debería ser El pupas porque siempre cobra, generalmente por hacer buenas acciones) aparece por el bar, así que Dino le intenta estrangular, hasta que se entera de que la idea fue de PeluVilma.

El hombre que estrangulaba a los centollos.

Por si Ángel no tenía suficiente, cuando vuelve a casa, se encuentra a Paulino de lo más amigable: que si le aprecia mucho, que si es de sentimientos para adentro... Pero El centollo es muy listo y le caza enseguida y le dice que, aunque podría superar caerle mal a Paulino, no puede con lo mal que le cae a él. Paulino le pregunta qué tiene que hacer para convencerle y Ángel le responde que, a partir de ese momento, cada vez que él de dos palmadas, Paulino se callará y será bueno y obediente. Dios, Ángel, qué poderío.

Y el centollo que calmaba Paulinos.

En el bungalow de Pocoyó, los dos están disfrutando de la película (cada uno a su manera), cuando él se pone en plan filosófico: según él, la moraleja es que si te gusta alguien, tienes que ir a por él. Eli, entonces, le cuenta la verdad y Pocoyó flipa... pero resulta que es una fantasía de Eli que, al final, no le dice que está embarazada. Lo malo es que, en esas, aparece Paula súper contenta porque sí, acepta irse a vivir con Pocoyó, algo que, evidentemente, pone triste a Eli, que se va en cero coma.

En estas, Los marqueses han probado lo de estar en el camping nudista desnudo, pero están en la cafetería y aparece un tío desnudo y acaban saliendo por patas. Por cierto, la cara de Sonso es brutal, lo mejor.

Total, que regresan al camping, dispuestos a volver a su bungalow, pero resulta que Chema se lo ha alquilado a un alemán enorme y motero. Así que, claro, aunque Pepelu quiere sacar a relucir su mano de pelotari pues... como que tampoco es un suicida sin aprecio alguno por la vida y se tienen que aguantar.

En ese momento, Dino va a su casa donde PeluVilma le ha preparado su comida favorita con picante incluido para que se ponga tontorrón, algo que no le emociona. Alicia se da cuenta enseguida de lo que ocurre, así que intenta convencerlo (que si todos lo hacen, que si alquilar es perder dinero), pero Dino cree que la hipoteca no les va a crear más que problemas. Encima, él cree que se va a quedar todo el mundo para luchar... pero únicamente se encuentran con el apoyo de Los marqueses, que están viviendo en el Mercedes, ya que los demás se están preparando para irse.

Le pide ayuda a La profa, pero ella dice que la han echado ellos, que ya no tiene amigos y que, encima, o se unen todos o no hacen nada. Al ver como todos se disponen a irse, Dino se queda muy triste y PeluVilma le dice que no se preocupe, que su hogar estará donde estén ellos.

Es como si los Picapiedra tuvieran que dejar Rocadura, ainss.

Por la noche, Ángel está esperando a Sandra en compañía de Lola que, como es muy lista, ya está viendo que caso de que la doctora no aparezca, se puede traginar a Angelito. Sin embargo, Sandra aparece con sus propias cláusulas para la separación de bienes: en caso de que Ángel la engañe, todo será para ella. Ambos firman el papel, aunque están de un picado del quince, echándose en cara mutuamente que no son el ex del otro.

Al día siguiente, Ángel está vistiendo a Pocoyó para que vaya a la ceremonia, pero éste está peor. Por eso, le pide que le lleve al hospital, pero El centollo tiene que irse a casarse, así que no puede llevarle y Pocoyó se ofende. No es que nos podamos sorprender demasiado, xD. Ángel, antes de irse, le aconseja que llame a Eli y Pocoyó tiene el morro de decir "con lo que yo he hecho por él". Claaaro, él por Ángel y no al revés, claro que sí.

Llama a Eli, pero ella no le coge. Además, está en el hospital con Chema, que le pregunta qué le ocurre con Pocoyó. Eli pasa de responderle, aunque sí que le dice que deja el camping, por lo que Chema deduce que Pocoyó es el padre de lentejito. Chema cree que debe decirle algo para que apechugue, pero Eli no quiere. Además, como han chingao en todo el camping, éste no deja de recordarle a él. Chema le dice que lo que le pasa es que está hasta las trancas. Ya te digo. Y Pocoyó estando cegado, encima, jo, pobrecita, ¡Eli no se merece eso! ¬¬U

Deberían darnos más escenas entre los hermanos porque molan un montón.

En el camping, esa misma mañana, La profa e hijo van a hablar con Lola sobre que Candela se quiere ir a vivir su vida, pero que no se atreve a dejarla sola. Ambos intentan hacerle ver que es hora de que haga algo para que Candela se vaya, pero  lo único que consiguen es tener que hacerle la comida.

En el bar, mientras tanto, Ángel va a tomarse una caña y se encuentra a Sandra ahí haciendo lo mismo que él. Se ponen a hablar de la separación de bienes, de que una se siente una ladrona y el otro un infiel... Y así empiezan a beber y a beber...

A todo esto, PeluVilma está contentísima con la idea de comprar el piso, pero Dino sigue sin verlo claro: ¿y si algún día no tienen dinero? ¿Si se quedan sin trabajo o se ponen enfermos? Al fin y al cabo, si en el camping no pagan, sólo les echan, sin deudas. Ese argumento termina de convencerle, así que rompe la solicitud del piso y decide hacer lo que sea para quedarse en el camping. PeluVilma intenta convencerlo, pero él es muy claro: él es así, por lo que puede quedarse, pero también es libre para irse.

Pocoyó, por su parte, consigue la ayuda de Dani, que consigue que Javi lo lleve al hospital en su moto. Cuando llegan, con Javi llevándolo en una camilla haciendo "ninonino", Eli acaba de salir del ginecólogo y se despide de Chema. Eli se esconde, pero la enfermera no deja de llamarla, así que la acaba amenazando. Pocoyó, por su parte, llama a Paula para que le cuele y ella le pide a un médico que le eche un vistazo: resulta que tiene un trombo, así que tienen que operarlo. Pocoyó le suplica a Paula que se quede con él, pero ella no puede porque está trabajando.

El flotador como collar de Javi yo lo veo, seguro que Lady Gaga se pone uno así y lo peta.

Al pobre Pocoyó le anestesian y pone unas caras... Ay, qué caras, son demasiado para mí. Javi, muy impresionado con todo lo que ha visto, decide marcharse, pero Pocoyó le pide que se quede con él. Javi acepta, pero antes va a ver si encuentra unos caramelos o algo, momento que aprovecha Eli para colarse. Al verlo quietecito en la cama, con los ojos cerrados, le cuenta todo, pero todo. Y, claro, como Pocoyó solo tiene anestesiadas las posaderas, se entera de todo.

Por eso, Eli sale huyendo. Pocoyó intenta seguirla, pero, claro tiene las piernas anestesiadas y no puede moverse, así que le tiene que pedir a Javi que le lleve. Así que el valiente caballero Pocoyó se ponga en su valeroso corcel Javi-Dog que, aunque no se despista persiguiendo ardillas, tira a Pocoyó al intentar bajar las escalera. Evidentemente se les escapa Eli y, encima, al ver la sangre de Pocoyó, él también se desmaya. Dios, qué risa, qué buena pareja hacen estos dos. ¿Por qué no los han juntado antes? ¿Por qué?

Que tiemble Rocinante, que llega Javi :P

En el camping, Ángel, Sandra y Lola (que se les ha ajuntado) llevan una melopea de narices, cuando aparece Paulino para decirles que tienen que irse a casarse. El centollo le enseña su truco nuevo, lo que le mola a Sandra. Deciden que se quieren mucho, que quieren noche de bodas, así que van a casarse con Paulino y Lola como testigos.

Los que se quedan en el bar son Dino y Los marqueses, que están dispuestos a putear a Chema para quedarse. Le piden que se una a la lucha, que son amigos, pero la respuesta literal de Chema es "una mierda pa' tos vosotros, ahora voy a por el cortacésped". De hecho, regresa armado con él, pero los rebeldes tienen un arma secreta: PeluVilma llega con Yuki y Nico, sorprendentemente la kriptonita de Chema, que no les puede hacer nada... aunque ellos a él sí y le petan el cortacésped. Además, también se les unen a la lucha La profa e hijo.

Los otros cuatro van al despacho del Alcalde maligno, tres de ellos súper contentos (quien dice "contento" dice "más pedo que Alfredo") y él no está muy por la labor de celebrar la boda en tales condiciones... hasta que se entera de que son gente del camping, así que Lola saca los papeles y la boda comienza.

Al día siguiente, la parejita se despierta resacosa sin recordar casi nada. Lola también está ahí, resacosa también. Ángel le pregunta si ella se acuerda de algo, pero él mismo se da cuenta de que ha dicho una estupidez, xDD. Sandra encuentra un certificado de boda, pero, ojo, que ellos están como testigos porque los que se han casado han sido Paulino y Lola. WTF?! ¡Qué pasada, cómo mola! O sea, yo estaba segura que Ángel y Sandra no se casaban hoy, pero creía que iban a ser Pocoyó y Eli los novios, no estos dos. ¡Qué fuerte! ¡Me encanta!

Lola lo celebra, sobre todo porque tiene recambio para Candela, y entonces llega Paulino que flipa con la noticia. Lola vuelve a su carabana, donde se encuentra a Candela empaquetando y le cuenta la buena nueva, tirándole un ramo en forma de hoja de lechuga que le da en toda la cara. xDDD. Pobre Candela. Lola, entonces, le devuelve el billete de tren y le dice que se vaya: resulta que para que Candela pudiera marcharse, había escrito los papeles mal a posta para casarse con Paulino y resolverse la vida. Joder con Lola, qué ídola. Es una crack la tía. Candela se alegra mucho, mientras que Dani parece el niño de Solo en casa del disgusto.

Y despedimos a Candela, que en mi imaginación, se reunirá con Bobby y serán súper felices y eso.

Esa misma mañana, Chema despierta a la resistencia y les dice que afuera hay un camión cochambroso donde está echando las cosas de todos ellos. Pocoyó llega justo entonces preguntando por Eli, ya que quiere estar con Eli, pero Chema no tiene ni idea de dónde está su hermana.

Encima, Chema está disfrutando al echarlos del camping, así que todos van a ver como maltratan sus cosas. Pepelu le pide a Dino que haga algo y éste le pide a Chema que pare todo, pero éste le dice que la ley prohíbe vivir más de 180 días seguidos en un camping. A Dino se le enciende la bombilla y le dice que no se preocupe, que se irán todos a la hora en la que llegue el alcalde. Y así lo hacen, para regocijo del Alcalde maligno, aunque Chema no está demasiado contento. Y siendo Chema eso es hasta bonito ;)

Peeeeero, en cuanto se largan, regresan para estupefacción del Alcalde maligno, que les amenaza con denunciarlos. Roberto le explica la ley, pero yo me quedo con la explicación de Javi: con que cada 180 días, se piren un día, ya es suficiente. A Chema la solución le mola porque, así, cada vez que se registren de nuevo puede subirles el precio. Ay, Chema, tú siempre tan generoso... pero por eso te queremos ;P

Y eso ha sido todo por hoy y por esta temporada.

Eso sí, por suerte, nos han regalado un estupendo avance de la tercera temporada, que parece todavía más divertida y disparata que esta. En ella, además de hostias varias, paridas y demás, hemos podido conocer a los nuevos fichajes, que tienen muy, muy buena pinta. Curiosidad friki que me ha hecho ilusión: el hijo de Ángel es el mismo niño que hacía de hijo de Carmen Ruiz en Yo soy Bea. Y, además de las ausencias de Candela y Roberto, que estaban anunciadas, me imagino que se les une la de Charo, que no ha aparecido en toda la promo. Y, curiosamente, Dulce ha salido en un mísero instante en compañía del resto de chicas.

Y, ah, habemus proposición de Jorge, lo que es guay, reaparición de Rosa Ruano, que también mola, y embarazo de Los marqueses, que mola mil, pero, sobre todo: ¡¡beso entre Ángel y Pocoyó!! Uy, uy, entre los avances de El secreto de Puente Viejo y esto, estoy que lo flipo. OMG.

¡Feliz verano!
Nop, no he podido resistirme =D


¡Qué ganas de que llegue la nueva temporada!

PD: Bueno, con esta crónica doy por finiquitada la temporada de crónicas actual, aunque volverán... cuando vuelvan las series, of course. Mi idea, en un principio, es seguir comentando esta y, además, empezar con Galerías Velvet, que es la que más me llama de las nuevas (sí, vale, también me emociona la posibilidad de meterme con Capucha roja y la Giovanelli ;P).

miércoles, 10 de julio de 2013

Los becarios, Shawn Levy, 2013

Tenía pendiente hablar de esta película desde hacía unas semanas, ya que la vi en su estreno y, la verdad, me sorprendió muy gratamente. Me refiero a Los becarios, la nueva comedia de dos habituales del género: Vince Vaughn y Owen Wilson.

Los becarios cuenta la historia de Billy (Vince Vaughn) y Nick (Owen Wilson) dos comerciales que venden relojes de muñeca y que han sido despedidos. Mientras que Nick, en un primer momento, se resigna a vender colchones el resto de su vida, Billy tiene una idea: se apuntarán como becarios en Google y lucharán por las plazas fijas que ofrecen a los becarios.

Así, Billy y Nick acaban en plena competición por dichas plazas junto a un equipo de marginados que engloba al tímido líder, Lyle (Josh Brener); a un hipster total, Stuart (Dylan O'Brien), una chica muy friki, Neha (Tiya Sircar); y un chaval puteado por su estricta madre, Yo-Yo (Tobit Raphael). Todo ello, mientras Nick persigue a Dana (Rose Byrne) por quien se siente atraído.

Vale, de primeras puede parecer la mayor chorrada del mundo y quizás lo sea, pero también es una película divertidísima y con su punto adorable. El trailer, desde luego, no le hace justicia. Eso sí, al menos los gags te sorprenden y te arrancan la carcajada.

También sorprende el tipo de humor que utilizan en la película. Quizás fue porque yo iba pensando que utilizarían un humor más físico o burdo, pero tienden más de situaciones incómodas, chistes muy buenos (algunos súper brutos) y un montón de referencias a la cultura pop de todo tipo: música, cine ochentero, sagas de fantasía, cómics, etc.


Otro de los aspectos que me sorprendieron fueron tanto los personajes como ese leve toque adorable que tenían tanto ellos como la historia en sí. Tanto Billy como Nick son buena gente. Sí, son unos dinosaurios, están desfasados, pero tienen ganas de luchar, de tener sueños y acaban siendo el corazón del grupo, logrando conquistar a cada uno de los veinteañeros que, al principio, veían en ellos un lastre. Además, mientras que Nick protagoniza una historia de amor súper mona con una trabajadora de Google, Billy afronta el miedo al fracaso, el notar que retrasa a los demás.

En lo que respecta a los secundarios, tenemos de todo y todos cumplen su papel: desde el malo odioso hasta la chica adorable, pasando por el grupo de cuatro veinteañeros que acompañan a los protagonistas. Cada uno de ellos tiene su historia, sus puntos fuertes, pero también sus debilidades: a Lyle le puede la timidez, Stu no ve más allá de su teléfono móvil, Neha no encuentra su lugar y Yo-Yo está reprimido por una madre que da miedo.

Por cierto, cabe señalar la crítica que hacen los cuatro sobre la situación actual de los jóvenes que terminan la carrera y o bien no encuentran trabajo en lo suyo o bien no lo encuentran directamente.

Me falta comentar el reparto y sólo voy a tener alabanzas para todos ellos. Están perfectamente elegidos y todos ellos cumplen a la perfección su papel: Vince Vaughn y Owen Wilson transmiten muy bien tanto la fragilidad de temer que su vida se ha ido al traste, al igual que la esperanza y las ganas de luchar y caen muy bien. Al igual que los secundarios, destacando a Josh Brener, que desde que aparece en pantalla no dejas de pensar que es súper mono y también, cómo no, a Dylan O'Brien. Yo amo por encima de todas las cosas a Dylan O'Brien, es un gran actor, muy natural, y me sorprendió un montón verlo con otro personaje tan diferente a su Stiles de Teen wolf. Encima, sale muy, pero que muy, guapo *0*


Uy, casi se me olvida comentar lo sumamente entretenida que es la película. Dura dos señoras horas, pero, ojo, se pasan volando. Cuando las luces se encendieron porque había terminado, no podía creerme que hubieran pasados dos horas. Vamos, que la disfruté un montón.

9'5/10

Y ahora voy a señalar los grandes momentos épicos que tuvo la película. Yo recomiendo que si no la has visto, no sigas leyendo, pero eso ya es decisión vuestra ;)

- Juegan a Quidditch. Awesome. Sólo por este hecho ya hay que idolatrar a la película, pero además el partido que juegan mola un huevo y es súper gracioso verlos con las escobas y las tácticas para ganar.

- Flashdance como filosofía de vida.

- La búsqueda de Charles Xavier y su posterior encuentro. Casi muero, pero en serio, cuando los mandan a buscar al Profesor X, pero, sobre todo, cuando los encuentran. Las hostias en las pelotas siempre me hacen reír, así de profunda soy ;P

- Según Nick, están en Los juegos del hambre.

- Que Neha diga que Billy y Nick podrían hacer cosplay de Han Solo y Luke Skywalker. Lo malo es que no nos dieron la escena, tsk.

- Las auto-depilaciones de cejas como herencia familiar.

- El momento Khaleesi del final.

- Las escenas de Billy y Chetty. Todas ellas fantabulosas.

lunes, 8 de julio de 2013

El hijo de Neptuno

Tras la ausencia de reseña de la semana pasada, vuelven los lunes literarios y, en esta ocasión, os voy a hablar de la nueva novela de uno de los grandes, un hombre con el cual os estoy dando bastante la tabarra últimamente: Rick Riordan. No me habéis visto, pero he aplaudido y ovacionado como una loca, que Rick se lo merece ;) Y la novela que hoy nos ocupa es El hijo de Neptuno, la segunda entrega de la saga Los héroes del Olimpo, cuya primera parte, El héroe perdido, ya reseñé.

En esta segunda parte nos reencontramos con Percy Jackson. Percy no recuerda nada de su vida, tan solo tiene un recuerdo: que tiene una novia llamada Annabeth. La está buscando, cuando se topa con dos gorgonas que empiezan a perseguirlo sin descanso y, así se acaba topando con Juno, que lo conduce al campamento Júpiter. Una vez ahí, Percy conoce a Hazel y a Frank, con los que acaba marchando hacia Alaska, la tierra donde los dioses no tienen poder, para llevar a cabo una peligrosa misión: liberar a Tánatos, el dios de la muerte, de las garras de un gigante.

Si bien en este libro nos reencontramos con nuestro adorado Percy Jackson (lo que ya es algo que mola), es diferente a los anteriores libros de la saga. Bueno, el esquema se ajusta al anterior: tres protagonistas con sus respectivos misterios que deben hacer frente a una misión a contrarreloj y cuyo desenlace estará relacionado con que todo siga como siempre o la malvada Gea se alce con el poder. Sin embargo, al estar ambientado en el campamento romano (de cuya existencia nos enteramos en el libro anterior), posee una personalidad ligeramente diferente, ya que el Campamento Júpiter es muy distinto al Campamento Mestizo.

Y es que el Campamento Júpiter es como los campamentos romanos: tanto la organización, como el carácter duro y severo, aunque también valeroso, organizado y luchador. Personalmente, encontré muy interesante conocer cómo funcionaba el Campamento Júpiter y disfruté mucho la ambientación que consigue Rick Riordan.

En lo que respecta a la misión de los tres protagonistas, al viaje que emprenden, lleva el sello Riordan: una aventura tras otra, de la cual los héroes salen empleando el ingenio y que, además, contienen un giro muy chulo de las historias mitológicas. A destacar la parte de las Amazonas, que es sencillamente genial. Me pareció muy, muy original.

Por eso, resulta una lectura de lo más entretenida, además de adictiva: estás deseando saber cómo van a salir del lío, cómo va a continuar la aventura... y, además, qué ocultan los personajes.

A Percy lo conocemos bien y, sencillamente, asistimos a como se las intenta apañar sin recuerdos, salvo el de Annabeth (eso es muy bonito, por cierto) y cómo se va haciendo amigo de sus dos compañeros. No obstante, tanto Hazel como Frank tienen historias complejas, un pasado que desentrañar y que tienen que ver con maldiciones. Eso sí, mientras que de Hazel se nos oculta deliberadamente lo que ocurrió, al menos al principio, Frank no tiene ni idea de la maldición que asola a su familia, que tiene que ver con un poder increíble.

Es curioso como Frank, que a priori parece bastante inútil, no tiene ningún talento especial, es parte de un linaje de héroes que poseen un gran poder. Evidentemente, se acaba conociendo tal poder, pero me gustó mucho esa dualidad del personaje, también el hecho de que, aunque él no lo creyera, era un gran héroe y el que puede salvar al mundo.

Hazel, por otro lado, me resultó otro personaje memorable: su historia, su secreto, incluso su maldición forman un entramado muy bien orquestado y muy chulo. Además, Hazel mola, me cayó muy bien desde el principio y luego sólo fue a mejor.

La verdad es que todas las historias que plantea Rick Riordan en El hijo de Neptuno se resuelven de la mejor de las maneras. Bueno, como siempre, no sé cómo lo hace este hombre, pero nunca decepciona. Y ahora ya sólo me queda esperar hasta octubre, cuando salga publicada la tercera entrega, La marca de Atenea. Eso sí, miedo me da lo que vaya a pasar, porque cada vez que un personaje hace alusión al futuro es para echarse a temblar.

El próximo lunes literario estará dedicado a... La casa de Riverton de Kate Morton.