martes, 22 de noviembre de 2016

Harry Potter y el legado maldito

Por fin ha llegado el día: aquí está la reseña de Harry Potter y el legado maldito, la obra de teatro escrita por Jack Thorne y John Tiffany con el beneplácito de J. K. Rowling, que se limitó a darle el visto bueno a la historia. He de admitir que desde que supe de la existencia de este libro, tuve sentimientos encontrados: por un lado, me gustaba la idea de volver a sumergirme en ese mundo mágico del que tanto disfruté al crecer, pero por otro lado mi mente no aceptaba que se tratara de algo canon y no me convencía en absoluto el hecho de que Rowling no fuera la responsable de la historia.

Tras haberme leído Harry Potter y el legado maldito sigo sin creerme que sea algo canon y me lo tomo como un fanfic, pero eso no quita que me haya gustado. Porque lo ha hecho, he terminado comprando la historia por lo sentimental. Pero vayamos por partes y empecemos por ver de qué trata:

Han transcurrido años desde que Harry Potter venciera a Lord Voldemort y trajera un periodo de paz para el mundo mágico. Harry ha tenido tres hijos con Ginny y la historia arranca con el primer día de su hijo mediano, Albus Severus, en Hogwarts, que no va cómo el niño había previsto: no sólo es asignado a Slytherin, sino que pronto descubre que no posee ninguno de los talentos que caracterizaron a su padre y también a su hermano mayor, James.

Pese a que Albus cuenta con un amigo inseparable, Scorpius Malfoy (de quien dicen que es el hijo biológico de Voldemort), el rencor se va adueñando de él y separándole de su padre, cuya relación va empeorando más y más. Harry, además, tiene problemas en el trabajo, ya que ha aparecido un giratiempo más poderoso de la habitual y podría acabar resultando peligroso para el mundo mágico.

No quiero entrar en más detalles, porque creo que mola mucho ir descubriendo qué pasa y cómo el mundo de los adolescentes va enlazándose con el de los adultos. Pero digamos que el giratiempo y las realidades alternativas tienen una gran importancia y confirman mi opinión de que Harry Potter y el legado maldito no deja de ser un fic, al que le han elevado de categoría, pero con el que también se busca descaradamente contentar a los fans.

Sin embargo, pese a sus defectos, lo compro como he dicho antes. Ese factor emocional es muy poderoso, al igual que el melancólico, algo con lo que los autores juegan bastante bien, aunque no tienen el mismo tino a la hora de escribir.

Me explicaré: personalmente creo que tienen ideas buenas, un planteamiento interesante, pero que fallan estrepitosamente a la hora de llevarlo a cabo. No sólo hay grandes agujeros en la historia, sino que se nota mucho, muchísimo, que no son J. K. Rowling y no tienen esa delicadeza suya a la hora de desarrollar los personajes. Durante los siete libros verdaderos, todos los personajes sufrieron fases ahostiables, cosa que era normal porque no dejaban de ser niños convirtiéndose en adolescentes y luego madurando. Sin embargo, por mucho que fueran insoportables en ocasiones, también podías comprender por qué actuaban así.

En Harry Potter y el legado maldito eso no ocurre y el conflicto de Albus, que es bastante interesante, acaba reducido al ataque de cojonitis de un adolescente llorón incapaz de ver más allá de su ombligo. No es que Albus no tenga motivos para sufrir, ni que no deba hacerlo, pero acaba convertido en una especie de elemento torturador para su padre sin tener en cuenta a nada o nadie que no sea él, ni siquiera al pobre Scorpius que tiene una situación mil veces peor y no se queja.

Sí que creo que son interesantes los conflictos que trata, desde las complicadas relaciones entre padres e hijos hasta el hecho de vivir con la fama (Harry no sólo sigue sufriéndola, sino que es una carga para sus hijos también), pero le falta profundidad.

Un ejemplo de esto sería la caricatura que acaban resultando los adultos, sobre todo Ron, aunque Hermione no parece ella misma tampoco. Pero es que el caso de Ron es especialmente sangrante. Sí, es cierto que en las películas Ron es reducido al alivio cómico, pero en los libros Ron es más que eso: es imperfecto, profundo, capaz y aporta cosas constantemente. Pero aquí sencillamente es un payaso enamorado de su mujer, como si le hubieran robado la personalidad y, dado que Ron siempre ha sido de mis personajes favoritos, eso me fastidia muy, mucho.

Eso sí, he de señalar que, aunque se trata de una obra de teatro, se lee con mucha facilidad y en un verbo, pues la trama engancha. De hecho, desde que leí el libreto, me muero por ir a Londres a ver la obra de teatro y dejarme maravillar por esa recreación de lugares que conocemos tan bien y de ver escenas que tienen que ser épicas, como esa aparición al fondo de la sala.

Así que, si te gusta Harry Potter, yo te recomiendo que lo leas, ya que no es ninguna maravilla, pero te va a dar casi todo lo que te gustaría ver en una nueva historia (aunque hay ciertas ausencias que no perdono) y tiene ideas interesantes, aunque tampoco esperes demasiado porque se nota mucho que no es una historia de Rowling. Eso sí, no me importaría en absoluto que Rowling se tirara la manta a la cabeza y nos regalara una saga con Albus, aunque yo personalmente sigo queriendo una dedicada a los Merodeadores. Eso es así.

Y ahora que he acabado la reseña sin spoilers, viene la parte en la que quiero comentar dos aspectos de Harry Potter y el legado maldito, que tienen spoilers. Así que os recomiendo dejar de leer si todavía no habéis disfrutado la supuesta octava entrega (no, sigo sin aceptarla como canon, digan lo que digan, soy así de terca).

Vale, por un lado, compremos toda esa paja mental de que Bellatrix se quedó embarazada de Voldemort, algo que yo particularmente considero demasiado surrealista. Pero, vale, comprémoslo. Eso sí, que alguien me explique a quién se le ocurrió ponerle Delphi a esa entrañable criatura. ¡Coño! ¡Que Delfy era un delfín todo majete de dibujos animados! De hecho, la canción decía “Delfy, tu mejor amigo”. O sea, no, lo siento, no puedo tomarme en serio a una pava que se llama como el delfín de los dibujos de mi infancia, nop.

Por otro lado, eh... Albus y Scorpius se quieren y se casarán. ¿Vale? No hay duda. Porque encima Scorpius es tan amor que se merece algo mejor que esa siesa de Rose (hablemos de la depresión que supone que la hija de Hermione y Ron sea una zorra asquerosa e intolerante). Pero, no, en serio, que la relación de Albus y Scorpius tiene unas connotaciones románticas que lo flipas, ¡si hasta comentan los abrazos que se dan! O sea, no entiendo por qué no tirar por ahí, porque encima todos sabemos que se aman locamente, contra ya.

Y con eso me he quedado tranquila, xD.

El próximo lunes (o martes) literario estará dedicado a... Nacidos de la bruma I. El imperio final de Brandon Sanderson.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo. Libro flojo, se nota que no lo ha escrito Rowling. Editado y publicado para ganar dinero a costa de los fan del universo Harry Potter. Me imagino que la obra de teatro con los efectos especiales, ganará.
    Besos

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    Respuestas
    1. Yo de verdad que tengo MUCHA curiosidad por ver la obra de teatro.

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